Durante el mes de noviembre, entre los días 5 y 27, tendrá lugar en la Sala Las Velas del Centro de Santo Domingo la exposición “PROCESOS” de Pachuca Sotomayor.
La inauguración se celebrará el sábado 5 de noviembre, a las 12 horas.
Horario de exposición:
• Viernes de 17 a 20 horas.
• Sábados y Festivos de 12 a 14 horas y de 17 a 20 horas.
• Lunes a Jueves: cita previa en el teléfono 636 452 782.
Más información en el teléfono de la Fundación Villa de Pedraza, 921 509 960, o en el correo electrónico fvp@pedraza.net.
Sobre Pachuca Sotomayor
Nace en Bilbao en 1962. Ha estado siempre rodeada de un ambiente creativo que le ha permitido a lo largo de su vida convivir y sentir el arte moderno. De forma autodidacta consigue encauzar su necesidad interior de expresión. Desde hace diez años se dedica de manera profesional a la pintura, investigando y experimentando constantemente nuevas técnicas pictóricas.
Sus más recientes exposiciones individuales se han presentado en las salas de exposiciones del Palacio de la Audiencia de Soria (Septiembre 2016), del Colegio de Arquitectos COAVN de Bilbao (Octubre 2017), del Palacio de la Alhóndiga de Segovia (Febrero 2018), del Ilustre Colegio de Abogados de Bilbao (Julio 2018), del Monasterio de Santa María la Real de Nieva en Segovia (Septiembre 2019) y del Centro de Creación La Cárcel de Segovia (Febrero 2020).
Desde el campo de Segovia, donde trabaja a tiempo completo en su pintura, se sumerge en un incierto itinerario, un gran viaje hacia la creación, la intuición, el corazón, la paz, el centro, en realidad hacia el encuentro con uno mismo.
La vocación artística de Pachuca Sotomayor le lleva a experimentar de forma creativa y autodidacta su pintura.
Desarrolla su lenguaje pictórico conectando el origen con la modernidad, transmitiendo mediante el lenguaje de la abstracción y de los símbolos su vivencia, favoreciendo ese tercer espacio donde los mundos consciente e inconsciente se encuentran, penetrando en esa matriz de vida donde estamos todos incrustados, donde se produce la comunicación entre todos los seres humanos.
En su estudio segoviano donde se encuentra con la naturaleza, el silencio y el espacio, activa la conexión espiritual entre el artista y su trabajo. Se siente madre de un proyecto que pasa a través de ella. Como artista se considera responsable de la forma y no de la idea en sí. Las ideas no nos pertenecen, existen antes de que las hayamos pensado. Primero entra en ese lugar de donde emanan las ideas verdaderas, desnudas de subjetividad, que llegan como inspiración y las reconoce antes de poder darles forma, de dominar el secreto del contacto, de escuchar lo que la obra pide. La obra es mensajera, es símbolo. Luego resuelve de manera consciente el misterio expresándolo con impulso, pasión y significado. No interviene en un cuadro para que sea lo que no es, sino que fomenta su propia potencialidad.
Cada cuadro le va indicando el camino. Cada uno conoce su mensaje y ella le da su lugar. Nada de lo que sucede es por casualidad. Todo existe en relación con otra cosa. Al don de crear se ajusta el de transmitir. Si no, ¿para qué sirve estar conectado?
Su trabajo es un camino de búsqueda, de conexión, de sanación. Como mujer individual evoluciona y como mujer colectiva aporta. Abandona el caparazón duro y constreñido e inicia un viaje hacia la creación, la luz, el oxígeno, la amplitud, la búsqueda, la vocación, el conocimiento, la individuación.